El edificio Copacabana está compuesto por pilares y losas de hormigón armado. Es una de las obras más significativas de los edificios modernistas viñamarinos, tanto por su diseño y como por su forma de conectarse, en su punto de convergencia con la desembocadura del estero Marga-Marga. Su fachada, presenta balcones que están girados respecto a la orientación del edificio, lo que propicia la vista hacia el mar, y a la vez da la espalda hacia el centro de la ciudad. Esta característica se condice con un diseño rupturista marcado por una fachada opaca, pero dinamizada por una secuencia cromática de colores.
El edificio Copacabana se nutre de una atmósfera urbana, presenta amplios jardines que embellecen su perímetro, y al garantizar amplios espacios para favorecer la ventilación, el asolamiento y el acceso de luz natural.
El edificio se organiza en base a una doble cirugía y un pasillo central. La cirugía sur se interrumpe para dar cabida a una circulación vertical, donde se emplaza el acceso al edificio. Esta situación permite gozar de buena condición lumínica al edificio.
En su parte interior, el hall central contiene en sus costados opuestos una escalera y ascensores que conectan con las plantas superiores. El diseño interior, influenciado por el Op art, expresado en el pavimento, alterna colores azules, negro y blanco en módulos, lo que genera esa sensación característica de utilización de las formas geométricas, usadas por los arquitectos del periodo. La composición de las escaleras y ventanas hace un juego de luz importante, produce distintas formas a lo largo del día.
El detalle y las terminaciones dan cuenta de un uso de materiales que destacan por su fórmula modular. El fuljet de tonalidades marrón, las barandas de madera nativa color caoba convive en el mismo espacio con materiales como el acero, baldosas, bronce y granito. La estética interna de los espacios comunes presenta el uso de formas geométricas, patrones o figuras básicas. Esto se refleja en los mosaicos de colores amarillos, azul, blanco y marfil que invitan al espectador a participar del fenómeno visual.
Bajo la misma lógica, el uso de colores contrastantes, marca el detalle interior del edificio: el color negro presente en los marcos de ventanas, y el blanco de pisos de escaleras y cielo. Importante es destacar la gestión de conservación en mantenimiento, que busca respetar siempre la estética y diseño original del edificio.
El edificio Copacabana es una de las obras con uno de los trabajos más interesantes de diseño estético y formal. Con una marcada influencia del arte abstracto y del arte visual, se incorpora a la propuesta una invitación a vivir una experiencia perceptual que persigue causar en el espectador la impresión de movimiento, de la existencia de imágenes ocultas, de patrones de destellos y vibraciones, o de hinchazón y deformación.